jueves, 3 de enero de 2019

Macnificat



MACNIFICAT

“Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo,
dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo,
acordándose de su santa alianza
según lo había prometido a nuestros padres
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre. ”

Una mujer tan sencilla, que aún, en estos versos se puede entender del porque Dios la escogió para llevar en su vientre al Salvador, el Emanuel prometido, Jesucristo el Señor.
En el libro de Génesis se puede observar que la palabra clave para haber desobedecido a Dios no fue la fruta, no fue hambre, no fue vida eterna (aunque el árbol de la vida estaba allí), ni tampoco fue tener más inteligencia, la palabra clave fue “y serán como dioses”, esto fue lo que activo el deseo de pecado, el querer estar a nivel de Dios, ser como dios.

Cuando veo a la Virgen María, la que llevo en su vientre a Dios encarnado, ella se volvió mucho más importante que cualquier ser creado, más importante que el arca de la alianza, más importante que el santuario, más importante que la creación de Adán y Eva, ella tenía a Dios literalmente dentro de sí misma y convivió con Él treinta y tres (33) años.

Ahora, la virtud de ella no está en esto, su virtud está en haberse mantenido siempre servicial  al pueblo cristiano y nunca utilizo ese privilegio, ya que, ella sabía que su recompensa estaba en los cielos y no aquí en este mundo.

Solo en las bodas de Cana de Galilea, es cuando se observa a la Virgen María pidiendo un favor no para ella, sino, para las personas que asistieron a esa celebración, de allí en adelante solo se ve a una mujer trabajadora, humilde y deseosa de aprovechar todo el tiempo al lado del Hijo de Dios, Jesucristo.

Estas son las cosas que hay que imitar de Santa María Virgen Reina, la humildad, dedicación y devoción al servicio del plan de Dios y ver que ese servicio es recompensado por el Padre celestial, cuando estemos frente a Él en los cielos.

“No escribo citas bíblicas, investiga y descubre la verdad por ti mismo, la verdad nos hará libres”
Jorge Antonio Garcia Morgan